Vivimos en la era de la sostenibilidad y la concienciación por el devenir del medio ambiente. Poco a poco cada vez mayor número de empresas, de población y de gobernantes van adquiriendo valores en la preservación del planeta para las próximas generaciones. En este sentido cada vez más entran en uso las energías renovables y no contaminantes.
El sol constituye una fuente de energía inagotable, sostenible y respetuosa, y además tiene la capacidad de proporcionar la suficiente energía para dar calor y electricidad a toda la Tierra. Pero para que este hecho se produzca necesita de un elemento externo, las placas solares. Estos paneles actúan como intermediario entre la luz del sol y la generación de electricidad o agua caliente.
Los paneles solares con un diseño simple permiten la autoproducción de energía o autoconsumo, un hecho que además de fomentar la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente actúa como elemento ahorrativo para los bolsillos de las familias. Para ello es necesaria la instalación en las viviendas o zonas habilitadas de las placas solares, y es que a pesar del desembolso inicial a la larga es un ahorro importante.
Cuando accedemos al mercado de las energías renovables, en este caso la de tipo solar, nos encontramos dos tipos de paneles solares, por un lado los paneles solares fotovoltaicos y por otro lado los paneles solares térmicos. En esta ocasión dedicaremos las siguientes líneas a contarte que son estos paneles solares térmicos, en qué consisten y cuales son sus principales diferencias.
Los paneles solares son una excelente opción de inversión teniendo en cuenta la situación cada vez más incontrolada de los precios de la luz. Es por ello que debes valorar la opción de su instalación para conseguir ahorrar en tus futuras facturas.
Debes tener en cuenta que cuando acudas a un punto de venta de energía solar encontrarás tanto paneles solares térmicos, que son los que nos ocupan ahora, y también los paneles solares fotovoltaicos. En el caso del primero podrás encontrarlos también con el nombre de paneles solares captadores o colectores de calor.
El funcionamiento de estas placas es sencillo, y es que se emplean para conseguir energía térmica. Para ello lo que hacen es aprovechar la propia radiación del sol con la cual generan energía térmica calentando agua. Cuando la luz del sol irradia en los paneles solares térmicos se calienta automáticamente un líquido que discurre por los conductos de este, el llamado líquido caloportador.
Es a continuación cuando se produce el proceso en sí, y es que este líquido calentado pasará al intercambiador de calor que es el que traspasa la energía al agua de uso doméstico, al mismo tiempo que el líquido vuelve a recuperar su temperatura normal.
Ahora que ya sabes lo que es, debes conocer también cuantos tipos de estos paneles solares térmicos podrás encontrar. Te los mostramos seguidamente:
El color habitual de los tubos suele ser oscuro ya que como sabemos estos tipos de colores son los que mejor absorben la radiación del sol. En el interior de la caja rectangular discurren unos tubos circulantes por los que pasará el líquido que se deberá calentar, y que normalmente van unidos o soldados a una placa que maximiza la superficie de captación solar.
Esta variedad de panel solar térmico es idónea para zonas en las que no haya mucho sol ya que al tener los captadores dentro de tubos con aislamiento generado por el vacío, consiguen minimizar casi a cero las pérdidas de calor. Esta característica los hace ideales para conseguir un mayor aporte incluso en condiciones de temperatura ambiente muy baja o de baja radiación.
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